«EMBARAZO ENCANTADO» Musicoterapia y Canto Prenatal

«EMBARAZO EnCANTADO» es una propuesta para embarazadas y acompañantes, donde poder dar un espacio de encuentro con la vivencia de gestar, y esperar la llegada de un bebé.

METODOLOGÍA

Esta actividad se basa en una metodología propia, basada en diferentes formas de trabajar con la voz, la música y el movimiento en el embarazo, parto y postparto. A continuación te cuento lo más importante de cada una de ellas y, si te apetece, pinchando aquí, puedes ver un pequeño reportaje que nos hicieron:

“CANTO PRENATAL de Marie Louise Auscher” –  técnica de acompañamiento en el embarazo y  preparación al nacimiento a través de la voz. Fue desarrollada en Francia por Marie Louise Auscher en los años 60, y desde entonces está utilizando en diferentes lugares de Europa como recurso analgésico para el dolor, y como medio para conectar con el cuerpo y las emociones en la gestación a través de la vibración sonora.

“CANTO MATERNAL CARNÁTICO”, descubierto por F. Leboyer, proviene del sur de la India y permite entrar en un estado meditativo a través de la propia voz, que es idóneo para practicar a lo largo del embarazo y como recurso para acompañar el nacimiento del bebé, teniendo diferentes aplicaciones según el tipo de parto.

MUSICOTERAPIA PRENATAL –  Recursos relacionados con la música, como por ejemplo las visualizaciones, para poder adentrarnos más en las propias emociones.

DANZA ORIENTAL Y DANZA CREATIVA uso de diferentes recursos relacionados e inspirados en este tipo de danzas que tanto permiten conectar con la realidad que se está viviendo y descubrir potencialidades en tu propio cuerpo que te podrán ser útiles en el nacimiento de tu bebé.

 

BENEFICIOS

  • Favorece el desarrollo del control y consciencia del cuerpo, incidiendo en la zona pélvica y abdominal.

  • Aprendizaje de recursos analgésicos naturales alternativos y/o complementarios a la epidural basados en el propio cuerpo, sencillos de usar y respetuosos con la madre y el bebé.

  • Da la posibilidad tanto a la madre como a su pareja de vivir un embarazo emocionalmente consciente y equilibrado, al encontrarse en un espacio que facilita compartir y expresar emociones y vivencias.

  • Favorece la comunicación con el bebé en el embarazo, y aprendiendo también recursos para el nacimiento (en cualquiera de las situaciones que puedan darse) y postparto.

¿QUÉ ACTIVIDADES SE REALIZAN?

  • Vocalizaciones (ejercicios con la voz) con diferentes utilidades en relación al embarazo, parto y postparto.

  • Meditaciones y relajaciones para el embarazo, parto y comunicación con el bebé.

  • Aprendizaje de nanas y otras canciones para la vinculación con el bebé

  • Audiciones musicales con objetivos concretos: relajación, activación, meditación, facilitar expresión emocional…

  • Estiramientos y movilización corporal adaptada a las necesidades de cada asistente.

  • Movimientos centrados en la zona pélvica y abdominal, aprendiendo ejercicios concretos y también propuestas creativas y libres donde cada una pueda experimentar por su cuenta.

TALLERES MENSUALES

Las sesiones de «Embarazo EnCantado»  de Musicoterapia y Canto prenatal se realizan en talleres mensuales con una duración de dos horas y media, normalmente, en fin de semana. Aquí la programación de AGOSTO.

Sesión online gratuita en Youtube.

 

SITUACIONES ESPECIALES

Por último, después de leer todo esto, quizás consideres que tu situación es especial, diferente, y que necesita un acompañamiento más personalizado o individualizado. No dudes en ponerte en contacto conmigo para valorar opciones online o a domicilio.

Si no eres de Zaragoza y te apetece que se pueda organizar un taller en tu localidad, puedes escribirme.

TESTIMONIOS

 RELATOS ESCRITOS

Historia de A.

“Comencé acudiendo a esta actividad a las 17 semanas de gestación. Recuerdo perfectamente la primera sesión, cada una de las canciones y emociones que sentí ese día, supe que canto prenatal iba a ser muy especial y así fue durante el resto de semanas. Deseaba que llegasen los martes, ir a Musikare, encontrarme con Marta, siempre tan dulce y especial, y otras madres con sus bebés en la tripita, sentarme en los cojines de la sala, siempre con luz tenue y olvidarme de todo lo demás para centrarme en lo más importante, el bebé que crecía en mi vientre. Era nuestro momento, me permitía desconectar de lo demás, a veces tan difícil durante el ajetreo del día a día, y conectar con mi bebé, cantarle, bailarle, acunarle con mis movimientos y mi voz. También me permitía descansar, relajarme y llenarme de energía.

Guardo con un cariño muy especial todas y cada una de las canciones, las nanas, los ritmos de Marta con la darbuka, la música de relajación… De entre todas las actividades, el canto maternal carnático me impactó, cantando el tiempo pasaba volando, mi mente se vaciaba del todo y sólo existía un hilo de voz que unía el útero donde crecía mi bebé con mi garganta y mi consciencia, con la voz de Marta y las otras mujeres. Era algo muy especial. Siempre que me duchaba usaba el canto carnático, me gustaba sentir que mi bebé lo escuchaba desde el vientre, le calmaba y hacía sentir más cerca a su mamá. También cantaba y tarareaba a menudo las nanas, me emocionaba tremendamente con ellas, especialmente con la de Bebé luna o la de Durme Durme.

Cuando se acercaba el parto, la canción del encuentro me ponía los vellos de punta y me emocionaba un montón.  También me emocionaba cuando se lo contábamos a las mamás cuando cumplían la semana 40 de gestación, transmitiéndoles todo el cariño, fuerza y buenos deseos para su parto.

Por supuesto, cuando llegó en momento en que  nos lo cantaron a mi bebé y a mí, fue muy emotivo. Lo recuerdo con gran cariño. Ese mismo día, horas más tarde, me puse de parto y canté, entre lágrimas y con un nudo en la garganta perpetuo, esa canción. Era el momento, el encuentro con mi bebé llegaba por fin.

Me llevé al hospital todas las letras de las nanas, así como una lista en el móvil con muchas de las canciones que Marta nos ponía para relajarnos o para movernos. Había roto aguas pero no sentía las contracciones. Me llevaron a monitores y nada, las contracciones eran muy suavecitas. Tenía miedo de que el parto no de desencadenara por si mismo y tuvieran que provocármelo, así que en monitores empecé a cantar canto carnático, para intentar relajarme y que todo fluyera. Empecé a tener una contracción bastante fuerte, y eso me calmó. Al ratito empecé a tener contracciones cada vez más fuertes y seguidas, y utilizaba el canto carnático durante las mismas para ayudarme. Entre contracciones cantaba nanas. Me aliviaba pensar que mi bebé las escuchaba y eso le hacía sentir tranquila en ese viaje que acababa de comenzar.

Cuando nació no dejé de cantárselas, sentía que ellas y mi voz eran el asidero a ese espacio tranquilo que era el útero.  Ella las reconocería y le harían sentirse en este nuevo mundo como en “casa”. De verdad creo q es así. Le canté mucho durante los primeros días. Al día siguiente de nacer no me había subido la leche y la niña no paraba de llorar. Yo le cantaba para calmarla. Es mi truco desde entonces, sobre todo cuando no puede dormir y está inquieta, le canto, sobre todo la nana del bebé-Luna. Muchas noches nos dormimos escuchando las canciones que Marta nos ponía. Forman ya parte de mi, de nosotras.

Los martes siguientes a dar a luz eché muchísimo  de menos ir a canto, y aún hoy lo sigo echando.

Le estoy enormemente agradecida a Marta por todo lo que ha hecho por nosotros, lo mucho que nos ha ayudado y lo hermoso que ha hecho este embarazo y este parto, con su voz, su música y sus canciones.

Historia de T.

“Cuando una amiga me habló de Musicoterapia para embarazadas y canto prenatal, me surgieron muchas dudas y me salió la vergüenza de pensar que otras personas me podrían escuchar cantando, además, no entendía cómo me podía ayudar a comunicarme con mi bebé, porque para mí era mucho más fácil pensar en interactuar con ella cuando hubiera nacido, pero ¿antes? Al final decidí que la mejor manera de resolver mis dudas era ir a Musikare, probarlo y vivirlo en persona y ya entonces, decidiría si me convencía o no… y me convenció totalmente. Para mí ha sido todo un descubrimiento, y me ha permitido vivir tanto momentos con mi bebé, gracias a canciones, siempre diferentes, emotivas, tiernas y cariñosas, que te hacen sentir un amor infinito, vivir momentos con mi pareja, momentos cálidos y románticos, y, lo que más llamó mi atención, vivir momentos conmigo misma. Esta parte me ha parecido fundamental. Tener un espacio y un momento para mí, para desconectar del día a día, relajarme y aprender a vivir la maternidad de una manera natural y tranquila. Marta nos ha enseñado el canto carnático, para poder relajarnos en cualquier momento y lugar y por supuesto, en un momento de nervios y temores como es el parto, y trucos para que nuestro cuerpo se relaje y disfrute… Os animo a apuntaros a pesar de las dudas iniciales, Marta consigue crear un ambiente cómodo e íntimo, en el que las vergüenzas y los miedos se evaporan para dejar paso al calor, los bostezos (de la relajación que se crea…) y el amor.”

Historia de D.

“Para mi las sesiones eran el momento de paz en la vorágine de nuestro día a día, me permitía parar para encontrarme conmigo misma y con mi bebé, además de tener un ratito especial con ella, ya que al ser la segunda, no le puedes dedicar la misma atención. Después de la sesión semanal, desaparecían las tensiones y las contracturas, respiraba mejor, y compartía mis inquietudes con otras mujeres haciendo tribu. He aprendido nanas, me he liberado a cantar sin vergüenza, y me ha aportado recursos no solo para el momento del parto sino incluso para aliviar los cólicos. Para mi es una actividad que se debería ofrecer en la preparación al parto de la sanidad pública”

Historia de M.

“Cada sesión fue un momento de conexión conmigo misma y con mi bebé, que se estaba gestando dentro de mí. Un momento de parar el tiempo y dedicárnoslos a las dos, de sentirla más que nunca. Todavía me acuerdo cómo se movía cuando cantaba … Un momento también para compartir con otras mamás. Y qué decir de nuestro último día antes de la cesárea que teníamos ya programada. Qué bonito y especial ese momento, todos cantando a la pequeña y deseándonos lo mejor. A pesar de lo difícil que fue todo para mí, me fui ese día tan bien … No se puede volver atrás pero, sin duda, si con una varita mágica se pudiese, desde que vi el test positivo, me apuntaría a tus clases Marta.  Gracias por todos esos momentos compartidos, y los que seguiremos compartiendo”

Historia de A.

“ Querida Marta:

Hace un año que fui por primera vez a tus clases, recordaré siempre el primer día, Carlos y yo estábamos llenos de ilusión. Estaba de 26 semanas y todo estaba bien y por fin podía a tus clases … Hacía un año casi de mi pérdida, así que ir a tus clases me llevaba de ilusión …

Tus clases nos encantaban, Carlos y yo como buenos alumnos practicábamos en casa. Era uno de los mejores días de la semana, volvíamos relajados a casa. Mi pequeño también se relajaba en las clases, sobretodo al final, y era un momento de gran conexión para nosotros … Carlos nos ayudaba a calmarnos poniendo sus manos en el vientre mientras cantábamos … Recordando todo aquello me emociono. Fueron unos meses muy bonitos.

Llegó el día del parto, que se adelantó un poco, pero por suerte ya nos habíamos despedido del grupo la semana anterior. Cada despedida en clase era especial, anunciaba la llegada de un nuevo bebé, el nacimiento de una familia.

Como contaba, llegó mi parto, y superó todas mis expectativas. Canté con cada contracción, y personas muy importantes cantaron conmigo. La música de tus sesiones estaba en el ambiente y me ayudaba a centrarme … Carlos y tú cantabais cuando a mí me faltaba la voz … la verdad no tengo palabras, no imagino un parto sin cantar, sin acompañar mi bebé de esta manera con la voz que escucho meses atrás.

18 horas cantando y con la ayuda de los médicos, nació mi bebé. Tus cantos aun hoy nos acompañaba para dormir y calmarlo. Gracias de toda la familia”

Historia de B.

“Era mi segundo embarazo. A diferencia del primero, apenas le prestaba atención. No había ratos para ambos, para el bebé y para mí. Y era algo que necesitaba. Conectar con esa nueva vida. Dedicarle mis sonrisas y mi energía. Escucharle. Sentirle. Las semanas avanzaban y me presenté en clase de canto prenatal con Marta. Había compartido espacio con mi hijo mayor en sus clases de música. Llegue allí con esa necesidad y buenas experiencias de personas cercanas. Intuía que era el lugar que me brindaría la ocasión de conectar conmigo misma y el bebé. Así fue. La primera clase fue muy emotiva. Se removieron sentimientos que me trajeron calma en esas últimas semanas del embarazo. El parto se adelantó y a pesar de asistir a unas pocas clases, me ayudó en ese momento tan vital que es el parto. Senti no haber empezado antes..Las canciones, las técnicas de relajación, el canto..todo apareció el día en que aquel bebé decidió salir. La oportunidad que ofrece Marta en estos talleres, de dedicarnos tiempo de calidad a nosotras madres y a esos bebés, es un privilegio.”

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